“Si a mí me pasa algo se sabrá la
verdad sobre las renovables” (Viene de Diario Público)
Ángel Vadillo lleva cinco días en huelga de hambre a
las puertas de Industria para protestar por la supresión a las ayudas a las
energías verdes
Ángel Vadillo no suelta la botella de agua mientras
habla. Desde hace cinco días es lo único que ingiere. Agua con azúcar
"hasta que el cuerpo aguante", dice desde su furgoneta, estacionada
frente al Ministerio de Industria en el Paseo de la Castellana de Madrid.
Decidió iniciar una huelga de
hambre el 10 de junio como último recurso para conseguir que Alburquerque, la
pequeña localidad extremeña de la que es alcalde, no se quede sin los cinco
proyectos de termosolares que el Gobierno de Rajoy ha echado por tierra.
Antes, recorrió a pie los 639 kilómetros que
hay desde su pueblo hasta la capital tratando de concienciar a quien
encontraba a su paso sobre la necesidad de invertir en las energías renovables.
Pasó dos meses a las puertas del Ministerio a la espera de ser escuchado.
Cuando se le acabó la paciencia, dejó de comer. "No había
alternativa", asegura.
"En Extremadura los recortes
nos están haciendo añicos. Sólo hay un sector para generar empleo y es el de
las renovables", sostiene.
Tan sólo un mes después de tomar
posesión, el ministro de Industria, José Manuel Soria, aprobó el decreto 1/2012
que retiraba las primas a los proyectos de energías verdes en el país y que en
el caso de Alburquerque suponía una inversión por valor de 1.000 millones de
euros.
Según explica Vadillo, aquello
conllevaba la creación de 800
puestos de trabajo directo y otros 400 o 500 indirectos en una
población de 5.700 habitantes que soporta una tasa de desempleo cercana al 40%.
"Ese decreto, aunque la
gente no lo sabe, es lo más dañino que se ha hecho para la economía de este
país. Es un sector [el de las renovables] que va a crear empleo y por el que el
Estado recaudaría impuestos. Pero no estamos dando seguridad jurídica a los
inversores, generando una imagen pésima para ellos", afirma el regidor
extremeño.
Tras la insistencia, el pasado
jueves consiguió una cita con
Soria, pero la postura del ministro, que justifica la decisión por la
necesidad de "bajar el déficit tarifario", parece inamovible.
"Es un ministro más al servicio del lobby. Ni conoce ni quiere conocer
porque está al servicio de UNESA (Asociación Española de la Industria
Eléctrica)", subraya.
Esa es la principal denuncia de
Vadillo, que achaca a los intereses de las grandes compañías de electricidad la
escasa inversión en energías verdes, en manos de pequeñas y medianas empresas
con escaso apoyo del Estado. "Hay una nómina tremenda de políticos en
UNESA, Felipe González o Aznar cobran enormes sueldos de ellos ahora, en plena
crisis. Y es legal, pero tremendamente injusto", se queja.
Por eso, dice, le consuela que
cuenta con "la verdad" de su parte. "El ministro me ha creado un problema a mí, pero yo también se lo
puedo crear a él. Si a mí me pasa algo se va a saber la verdad sobre las
renovables", sentencia.
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