Bután, un pequeño país entre la India y China, ha dado un enorme paso hacia un mundo más sostenible y ecológico.
El país ya es conocido por practicar una política muy especial: primar la felicidad de las personas sobre
los intereses económicos. De hecho, usa, en vez del PIB, los índices llamados
Felicidad Bruta Nacional (FBN) y Felicidad Bruta Interna (FBI) para basarse en
la toma de decisiones políticas: lo que importa es la calidad de vida desde
criterios psicológicos en vez de económicos.
Los cuatro pilares de la FBN son la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e
igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y
el establecimiento de un buen gobierno.
La agricultura ecológica ayudará a lograr los tres primeros, ya que, respecto a la conservación de la propia cultura, los métodos tradicionales (así como los cultivos locales) son, casi siempre, los más apropiados para lograr una agricultura sostenible.
La agricultura ecológica ayudará a lograr los tres primeros, ya que, respecto a la conservación de la propia cultura, los métodos tradicionales (así como los cultivos locales) son, casi siempre, los más apropiados para lograr una agricultura sostenible.
Lo cierto es que el paso a una
agricultura 100% ecológica no ha sido difícil para Bután, ya que muchos de sus
granjeros y agricultores ya usaban métodos
orgánicos para el cuidado de sus granjas y cultivos, aunque no
estuvieran certificados.
El Ministerio de Agricultura lanzó un
plan para desarrollar este tipo de agricultura en 2007. No sólo se trataba de
proteger el medio ambiente, sino también un modo de enseñar a los agricultores
nuevos métodos que les ayudarán a cultivar
más alimentos y conseguir así la autosuficiencia alimenticia del país. El Ministerio ayudará
ofreciendo asistencia técnica a los agricultores que opten por lo ecológico.
Cerca de la frontera con la India, el
estado de Sikkim, será uno de los primeros que llegue a conseguir una
agricultura ecológica en 2015. El último en lograrlo será el estado de Kerala,
que empezó el cambio a una agricultura orgánica en 2010. El camino es más
largo. Pero llegará, que es lo importante.