miércoles, 28 de diciembre de 2011


Busquemos un bosque de bosques

'El verde de los árboles es parte de mi sangre'
Fernando Pessoa
Apenas nos percatamos de nuestra desmedida capacidad de imantación. Porque buena parte de la acción humana, y por tanto la política, consiste ante todo en obtener; en atraer irremisiblemente hacia uno mismo. Casi nunca emprendemos el camino de vuelta y nos obsequiamos con unos mínimos de reciprocidad. Olvidamos el gran alivio que proporciona responder dando. En cualquier caso, antes de pedir, ya sea presupuestos, votos, servicios, trabajo o bienes de consumo hay, por supuesto, que buscar. Y poco queda tan olvidado como que ese término verbal quiere decir 'ir al bosque', bosquear. El profundo sentido semántico no puede ser más sencillo porque, cuando se pronunció por primera vez en sánscrito la palabra buscar, todo lo necesario estaba en el bosque. Y allí se iba a por ello. Acaso, por lo mismo, árbol cuando era urvara escondía el significado de 'lugar con tierra fértil'. Acaso, por lo mismo, antepasado, en lengua vasca, significa 'el que procede del bosque'. Acaso, por lo mismo, Bósis significa en griego comida. Acaso, por lo mismo, humano quiere decir del humus, es decir, de la fracción del suelo que acoge y proporciona la fertilidad que permite el crecimiento de los árboles y de las civilizaciones.
Convendría incluir en nuestra comprensión que la totalidad de la aventura humana parte del bosque. Acaso por eso el ideograma chino de árbol representa prácticamente a un ser humano con los brazos abiertos. Y es que los árboles siempre están así, como si esperaran nuestro abrazo. Un gesto que no llega. Y menos en este desarbolado país nuestro.
Recordemos, antes de entrar en el anunciado plan forestal, que las cosas no han cambiado tanto.
Eso que llamamos recursos básicos y que permiten la vida, es decir, el aire transparente, la tierra que cultivamos, esa madera inseparable de la comodidad y de la seguridad o la correcta administración del ciclo hidrológico proceden invariablemente del derredor arbolado. No menos la estabilidad, la continuidad del paisaje, su belleza, las más profusas faunas, la música, las casas de más de la mitad de los humanos y algunos miles de materias primas y principios activos.
Nada nutre tanto y a tantos como el bosque.
Aunque por constante pasa inadvertido, recordemos que todos respiramos la transparencia que elaboraron los árboles y otras formas vegetales, como evoca Pessoa en la cita. Buena parte de lo que vive, insisto, es porque el bosque, aunque muy mermado, resiste todavía.
Antes, no hace tanto, casi todo era arboleda, y ahora en demasiadas partes es la quemada nostalgia por su ausencia.
Los bosques, es más, proporcionan el escenario y los actores de la búsqueda de lo básico, lo necesario y lo práctico. Son, no menos, fuente permanente de inspiración artística, acaso porque el alma humana no olvida que el bosque es su verdadero patrimonio fundacional y, por tanto, la herencia común de la humanidad. Esa que deberíamos considerar hereditaria y no fugaz propiedad privada.
Pero todavía más crucial resulta el papel terapéutico de los bosques. Que en buena medida pueden ser definidos como un entramado que funciona también como sistema inmunológico de la vida del planeta. Y en estos momentos más que nunca.
El bosque es una gigantesca, eficaz y gratuita medicina que, además de sanar las más graves y generalizadas enfermedades ambientales, lo hace de forma sincrónica, incesante, sin pereza ni descanso. Recordemos que las arboledas fijan los principales contaminantes, tanto los que vuelan como los que nadan o tienen vocación terrestre. Casi nada trabaja mejor para limpiar el mundo y su envoltorio que los árboles. Por si todo eso fuera poco, frenan a los desiertos.
Con todo, lo más destacado es que las arboledas pueden desempeñar el mejor papel a la hora de enfrentar lo más grave que nos sucede: el incremento de las temperaturas medias del hogar común. Porque todo bosque es su propio clima. Un clima siempre mucho mejor que el de cualquier área deforestada.
En consecuencia, todo indica que ha comenzado el tiempo de restituir. De nutrir a lo que nos nutre. De poner a crecer un bosque de bosques. Por tanto, mucho más que la pacata y tramposa política forestal anunciada. Que en lugar de lavar la cara al plan hidrológico, manifiestamente insostenible, debería romper la tendencia tacaña de las políticas ambientales de este país
Porque contemplar tan sólo la repoblación de 3.800.000 hectáreas en los próximos 30 años es menos que un prólogo, cuando necesitamos un tratado. En primer lugar, porque el verdadero horizonte repoblador debería estar nueve millones de hectáreas más allá y 20 años más acá. Es decir, la urgente revegetación de los 13 millones de hectáreas que ahora están desnudos y sin otra utilización. Por tanto, no forman parte ni del suelo agrario ni del forestal, aunque, de acuerdo con todos los informes, es más que necesario incorporarlas a los sumideros de CO2. Además se haría al ridículo ritmo de unas 126.000 hectáreas anuales, menos de una quinta parte de lo aconsejable. Y con una valoración económica realmente inconcebible, unas cuatro veces más caro de lo que se podría hacer con recurrir a un viverismo menos codicioso y a planes de empleo rural bien llevados.
No se puede afirmar tampoco, como se hace, que se va a duplicar el número de pies de árbol por persona, entre otras cosas porque ni sabemos cuántos de estos amigos van a arder en los próximos años ni los habitantes que contendrá entonces España. Recordemos que en los anteriores 15 años ardieron más de dos millones de hectáreas. Ojalá que no, pero, de acuerdo con lo sabido, en los próximos 30 años podría arder el equivalente a todo lo que se va a repoblar. Lo importante es ofrecer a los españoles y a los, acaso, 50 millones de turistas el amparo y la salud paisajística y para sus pulmones que suponen los bosques.
Tenemos tierra, tecnología, presupuesto y consenso social más que suficiente para que por una vez el empeño de devolverle al bosque una mínima parte de lo que nos da se lleve a cabo. Hasta que la política forestal pública no sea la de buscar un bosque de bosques, en lugar de unas pocas matas, sin Jaume, claro, la tierra el aire y el agua seguirán ardiendo. Un fuego que apagarían los mejores bomberos conocidos: los árboles.
*Este excelente artículo fue escrito en 2002 por Joaquín Araújo, naturalista, escritor, director, realizador, guionista y presentador de series y documentales de televisión, etc.
Al hablar de Matas lo hace refiriéndose al ministro de Medio Ambiente Jaume Matas (2000 – 2003) el cual, durante su mandato en la segunda legislatura de José María Aznar gestionó el controvertido Plan Hidrológico Nacional, aprobó el Plan Forestal y España ratificó el Protocolo de Kioto.

lunes, 26 de diciembre de 2011


Pequeños vertederos particulares
Aprovechando la festividad de este día y consiguiente tregua que ofrece la recolección de la aceituna, me decidí a dar un pequeño paseo por un paraje simbólico marmolejeño. Éste transcurrió concretamente por el entorno del arroyo del Ecijano y su ribera esencialmente.
El arroyo del Ecijano se encuentra situado entre las caserías del Ecijano y el Ventorrillo de Manuel Rufino, su nacimiento tiene lugar en el manantial que abastece de agua a la empresa embotelladora de agua “Aguas La Paz” en las inmediaciones de la ya mencionada casería del Ecijano.  El arroyo del Ecijano desemboca en el arroyo del Agua, procedente éste del pago de Aguilera, aunque si bien es cierto que en su unión el afluente lo hace con más caudal que el propio arroyo del Agua, finalmente éste último viene a desembocar en el Guadalquivir una vez pasado la fuente de los Socialistas. Me agradó ver lo cristalinas de sus aguas, entre las cuales se pueden apreciar algas, un bioindicador de su buen estado o pureza. A lo largo de su ribera se puede observar una frondosa vegetación, donde destacan los álamos blancos (Populus alba) sembrados en el siglo pasado por el ilustre médico marmolejeño José Perales, (propietario de la casería del Ecijano por entonces) con el objetivo de aprovechar su madera una vez llegado el momento. Acompañando a las chopos se distinguen diversas especies vegetales salteadas tales como zarza mora (Rubus ulmifolius), zarza parrilla (Smilax aspera)… predominando sobre estas las cañas (Arundo donax).
Sin embargo, cuando caminaba cercano al puente que se sitúa en el comienzo de la “cuesta Polo” me llevé una desagradable sorpresa. Se trata de un pedazo de olivar situado cerca del citado puente, en el cual su dueño posee un pequeño vertedero, con basura de todo tipo esparcida en las inmediaciones del arroyo, donde podemos observar televisores, sartenes, colchones, etc.
Pues bien, la cosa no acaba ahí, sino que más adelante en el cauce del arroyo se puede observar cómo se realizó una pequeña obra con el objetivo aparente de cruzar su cauce, consistente en la aplicación de hormigón. Sin embargo su ejecución fue incorrecta al no disponer de la curva necesaria para que el agua circulase con normalidad, por el contrario ésta construcción es plana formando un socavón de dimensiones alarmantes que ha provocado la alteración del cauce.
Desde este grupo queremos mostrar nuestro descontento con el propietario de dicha finca por sendas conductas inadecuadas hacia el medio ambiente, en cuanto al tema de la basura rogamos al dueño que respete dicho entorno natural y limpie todo aquello que ensució llevando la que corresponda a un punto limpio, de reciclaje o donde proceda.









Detalle del socavón abierto sobre el cauce



Ribera del arroyo del Ecijano



lunes, 12 de diciembre de 2011

Cumbre de Durban: demasiado poco, demasiado tarde
 Para los menos conocedores del Convenio de Naciones Unidas contra el cambio climático, conviene recordar que este proceso empieza en el año 1992 en la Cumbre de Río de Janeiro. Allí por primera vez los jefes de estado reunidos acuerdan poner en marcha una herramienta multilateral de lucha contra el calentamiento. Llevamos, por tanto, 20 años ya en este proceso y, por cierto las emisiones de gases de efecto invernadero siguen subiendo de forma imparable. La falta de ambición en Durban no es sorprendente, pero sí dramática. El tiempo pasa  y se avanza demasiado poco, y demasiado tarde.
Merece la pena recordarlo porque todavía hoy hay quien da por bueno como resultado de una Conferencia de las Partes (COP) el mero hecho del reconocimiento de la gravedad del problema del cambio climático. Pero eso ya está en la agenda desde el 92. En el año 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto, el primer gran instrumento legal para reducir las emisiones. Sin embargo, Kioto no obliga  a reducir emisiones a los países emergentes, y además Estados Unidos nunca lo ratificó. A pesar de ello, en 2005 entra en vigor, una vez que ha sido ratificado por 55 países que suponen el 55% de las emisiones globales en aquel momento. No tardó mucho en quedarse pequeño por el aumento de emisiones de los países emergentes, en especial China y la India.
Por eso en 2007, los países miembros del Convenio adoptan un compromiso importante: el de aprobar un acuerdo justo, vinculante y ambicioso. La cita sería en Copenhague en 2009 (COP15). En este proceso lo que funciona muy bien es ir dejándolas decisiones para futuras citas…pero en Copenhague los jefes de estado no cumplieron su compromiso, y aquella Cumbre acabó en un enorme descalabro.
Desde entonces, y para satisfacción de los lobbies industriales, que torpedean cualquier iniciativa que pueda resultar en una reducción de las emisiones contaminantes, el proceso del Convenio contra el Cambio Climático no ha podido levantar cabeza. Estados Unidos lleva veinte (20) años boicoteando, y poniendo obstáculos. Ahora en Durban se unieron China, India…y así sucesivamente.
Así que el resultado de Durban (COP17) no es ninguna sorpresa. Una enorme flojera recorre a los gobiernos del mundo cuando se trata de hacer frente al cambio climático. No ocurre lo mismo cuando hay que salvar entidades bancarias, o financieras, a lo que acuden raudos con los bolsillos llenos de dinero público. Pero esto es diferente: se trata de invertir en el futuro de unas generaciones que todavía ni siquiera tienen derecho a voto.
Durban ha puesto una fecha demasiado tardía a la reducción de emisiones: 2020. Según los científicos del IPCC, para evitar un cambio climático catastrófico hay que empezar a reducir emisiones en esta misma década. Siguiendo además la evolución de los compromisos, lo decidido en Durban tampoco es garantía de que se vaya a cumplir, así que seguimos inmersos en la incertidumbre más absoluta.
La falta de voluntad de los gobiernos es tan escandalosa que sólo un puñado de ellos han decidido seguir adelante con un segundo período del Protocolo de Kioto, hasta el momento la única herramienta vinculante de reducción de emisiones.
Mención especial merece la inmoral decisión de permitir que se entierre el CO2 en los países pobres, en la mejor tradición de los años ochenta de deshacerse de la basura en el patio del vecino más pobre.
En definitiva, los acuerdos de Durban mantienen vivo el proceso de negociación, pero no salvan el clima de la catástrofe hacia la que nos dirigimos a buen ritmo. Demasiado poco, demasiado tarde.

Juan López de Uralde

viernes, 23 de septiembre de 2011

Una sencilla solución
Una sencilla solución para combatir (en parte) el problema de la contaminación es el reciclaje. Éste consiste en la obtención de materias primas a partir de desechos, introduciéndolos de nuevo en el ciclo de vida y se produce ante la perspectiva del agotamiento de recursos naturales, y sobre todo para eliminar de forma eficaz los desechos.
Animo a todo el mundo a reciclar, sé que no es cómodo, que son pocos los contenedores  de reciclaje que hay por cada pueblo actualmente, lo cual conlleva tener que desplazarse para depositar la basura, pero el resultado final bien merece dicho esfuerzo. Pienso que lo ideal sería un camión que recogiera las bolsas de reciclaje, como el actual camión de la basura, ¡esperemos que llegue pronto ese pequeño avance! pues facilitará el reciclaje, en especial a personas ancianas cuya movilidad es reducida y que por consiguiente no pueden desplazarse hasta el lugar de reciclado.
Gracias al reciclaje la humanidad ha encontrado una forma adecuada para evitar la contaminación de productos que por su composición, no son fáciles de desechar de forma convencional. Su degradación es muy lenta y al estar fabricados a partir de productos químicos son contaminantes.
Del mismo modo se pueden salvar grandes cantidades de recursos naturales no renovables cuando en los procesos de producción se utilizan materiales "reciclados".
En nuestro pueblo por ejemplo, reciclando evitaríamos ver espacios naturales como el embalse del yeguas, fuente de los socialistas, etc,etc, contaminados por envases de plástico, cristal, papel, u otros elementos como televisores, lavadoras etc. cuyo destino debería ser un punto limpio.
A continuación dejo una tabla orientadora para todos aquellos que no estén puestos al día en el tema del reciclaje.

CONTENEDORES DE RECICLAJE
QUÉ SE ECHA Y QUÉ NO
EL CONTENEDOR VERDE
NO
VIDRIO
Botellas de vidrio de cualquier color
Tarros de vidrio
Frascos de conservas
Tarros de cosmética y perfumería
CRISTAL
Lunas de automóviles
Bombillas
Espejos
Cristales de ventana
Tubos fluorescentes

(Éstos deben depositarse en los Puntos Limpios o Centros de Recogida y Reciclaje*)
Recomendación: Retire las tapas de los envases de vidrio antes de llevarlos al contenedor.
* Solicite información en su ayuntamiento.
   
EL CONTENEDOR AZUL
NO
Periódicos y revistas
Propaganda
Cajas pequeñas de cartón (galletas, detergente)
Envases de cartón para huevos
Bolsas de papel
Briks
Pañales
Papeles sucios o papeles encerados, metalizados o plastificados
Recomendación: Pliegue los cartones antes de introducirlos en el contenedor. No deje cajas fuera del contenedor.
  
EL CONTENEDOR AMARILLO
SÍ *
NO
Envases metálicos
·                   Botes de bebidas (cerveza, refrescos)
·                   Latas de conservas (vegetales, cárnicas, de pescado, comida para animales domésticos…)
·                   Aerosoles (desodorante, laca, limpiadores de cocina, abrillantadores de la madera…)
·                   Platos y bandejas de aluminio (p. ej., los de comidas preparadas)
·                   Chapas y latas de metal
·        Materia orgánica
·        Envases de vidrio
·        Papel y cartón
·        Juguetes
·        Electrodomésticos
·        Biberones
·        Guantes de goma
·        Utensilios de cocina
·        Cajas de fruta
·        Cubos de plástico
·        Pilas
Briks
·                   Briks de leche, nata, batidos, zumos, vino, caldo...
Envases de plástico para alimentación
·                   Botellas (agua, refrescos, leche, zumo, aceite comestible, vinagre, salsas…)
·                   Envases de productos lácteos (yogures, flan y otros postres lácteos, queso, mantequilla, margarina…)
·                   Bandejas y cajas de "corcho blanco" (las de la fruta, verduras, carne, pollo y pescado envasados, y las que vienen con algunos tipos de helados); hueveras de plástico; vasos, platos y cubiertos de plástico desechables; tapas y tapones de plástico, etc.
Envases de plástico para productos de aseo y limpieza
·                   Botes de plástico de productos de aseo (champú, cremas, desodorante, pasta dentífrica, gel de baño, jabón líquido…)
·                   Botes de plástico de productos de limpieza (limpiadores domésticos, lejía, amoniaco, suavizante, detergentes líquidos y en polvo, sprays de limpieza…)
Bolsas y envoltorios de plástico y aluminio
·                   Bolsas de plástico para alimentos (de leche, congelados, frutas, verduras, pan de molde, bollería, pasta, legumbres, cereales…)
·                   Bolsas y recipientes de aluminio para alimentos (alimentos infantiles, sopas, purés, pastas precocinadas, café, aperitivos, frutos secos, patatas fritas, bandejas para comidas preparadas...)
·                   Bolsas que entregan las tiendas, supermercados, lavanderías, etc. para transportar los productos adquiridos…)
·                   Envases de productos de charcutería (embutidos, jamón, bacón, queso…)
·                   Envoltorios de plástico (el film transparente que acompaña a las bandejas de carnes, frutas, verduras y pescado; el que envuelve a muchas revistas, fascículos, prensa…; el que se emplea para proteger cajas de cartón y plástico, etc.…)
·                   Film de polietileno transparente o de aluminio (el que se compra en bobinas y se emplea en casa para envolver alimentos frescos)
·                   El plástico y el aluminio de los envases tipo blíster (son los envases donde vienen las pilas o los de las cajitas de cuchillas de afeitar, etc.)
Recomendación: Limpie los envases y aplástelos para reducir su volumen antes de tirarlos al contenedor.

miércoles, 31 de agosto de 2011

El tema está claro, o cambiamos ya nuestros hábitos o el proceso de degradación que hemos iniciado será irreversible

Estoy de acuerdo en que se busquen soluciones al problema de las inundaciones, pero eso no acabará con el problema. Tarde o temprano volveremos a tener nuevas inundaciones pues el problema de fondo no es otro que el cambio tremendo sufrido en las prácticas agrícolas desde los últimos 40 años para acá. Mientras el agricultor olivarero no cambie de mentalidad y continúe tozudamente manteniendo los olivares limpios como una patena, y con los suelos endurecidos a costa del abuso de rulos y de toda clase de maquinaria pesada, nuestros campos seguirán siendo como tejados de teja plana que a la más mínima precipitación escupirán sin freno, hacia ríos y arroyos, cantidades cada vez más incontrolables de litros de agua, con efectos perversos y devastadores. Esa es la triste y dramática realidad que parece no queremos asumir.
Repito, mientras no cambiemos las prácticas de cultivo en el olivar, seguiremos lamentando año tras año perjuicios como las inundaciones de nuestras vegas, la aparición continua y escalofriante de profundos regajos en nuestros olivares, y la pérdida, en definitiva, de los mejores y más fértiles suelos.

Siempre he pensado que los antiguos fueron más listos que nosotros; conocieron al detalle las leyes de la naturaleza porque dependían de ella y observaban a diario su funcionamiento. Sacaron de ella el máximo provecho sin violentar, por ello, sus normas equilibradoras.

Soy de los que piensan que los problemas de las inundaciones no son únicamente una consecuencia más del cambio climático, sino de unas malas prácticas de cultivo que han hecho irreconocible el paisaje de nuestros campos de un tiempo a esta parte, pues sólo basta con que caigan 80 litros de lluvia para que se arme la marimorena; aparezcan de pronto miles de regajos; se profundicen los ya existentes, y se vayan al garete ferrocarriles y carreteras, cuyo arreglo, por cierto, hay que pagar con el dinero de todos. Y, si no, fijémonos como en las zonas de sierra montaraz, dotadas de cobertura vegetal, no tenemos que lamentar esos daños catastróficos que hoy día lastran los campos de cultivo olivarero, ya sea de la campiña o del olivar serrano.
No hablemos, por tanto, de catástrofes naturales, si no de catástrofes producidas por el egoísmo del hombre en su afán de obtener mayores beneficios, que a la larga se transforman en perjuicios para la gran mayoría. ¿A qué esperan, pues, las autoridades medioambientales para atajar ya estas malas prácticas, exigiendo responsabilidades a quienes la ejerciten? ¿Cuánta ruina y cuánta desolación natural, me pregunto, serán necesarias aún para darnos cuenta de este enorme problema?



Enorme regajo en un olivar de la localidad cordobesa de Morente,
ocasionado por las malas prácticas agrícolas.

Este artículo ha sido cedido de forma anónima por un agricultor marmolejeño concienciado con la grave situación de degradación que padece actualmente el olivar .



lunes, 18 de julio de 2011

Jornada de voluntariado medioambiental

El pasado sábado 9 de julio este grupo organizó una jornada de recogida de basuras en los parajes marmolejeños del embalse del Yeguas y fuente de Los perros. A pesar de haber sido difundido el mensaje mediante distintas webs locales, así como redes sociales, el evento fue un fracaso en cuanto a participación ciudadana se refiere. Tan sólo asistieron cuatro voluntarios; debido a este bajo número de asistentes solamente hubo tiempo para recoger parte de la basura del pantano. La actividad contó con el abastecimiento por parte del ayuntamiento de Marmolejo de bolsas de basura, guantes y vehículo para transportar basura, aunque “la pega” fue que tuvo que pasar una semana para que éste último acudiera a recoger dicha basura.
 Aparte de la recogida de basura, fueron colocados con previo permiso del ayuntamiento unos carteles fabricados artesanalmente por los miembros de este grupo con mensajes de ánimo a la conservación de la naturaleza marmolejeña, concretamente en los parajes del embalse del Yeguas, fuente de Los Perros y puente del Salado. Por último comentar que a los asistentes a la jornada voluntaria se les repartió un folleto con el artículo anteriormente expuesto en esta página.

Fuente de los Perros

Tras esas higueras había un auténtico basurero, que
tan sólo pudimos recoger en parte.
Antes de la recogida
Después de la recogida (entorno del embalse del Yeguas con las 
Tres Cabezas al fondo)
 

Uno de los carteles concienciadores

Puente del Salado, en este entorno muchos agricultores
una vez han llenada la cuba de su tractor para aplicar los productos fitosanitarios,
dejan los envases sin recoger, contaminando este paraje.

sábado, 9 de julio de 2011

¿Por qué debemos recoger basura?
Este mensaje va dirigido a todos aquellos que se preguntan sobre cuáles son los objetivos que conseguiremos con actividades de limpieza de basuras en el medio natural, dado que posiblemente no servirá para nada, pues la gente continuará arrojando residuos sin escrúpulos y al cabo de un tiempo todo volverá a estar repleto de basura. Otros se preguntan el por qué tienen que recoger ellos una basura que nunca tiraron.
Pues bien nosotros defendemos que si merece la pena recoger basura, aunque tú no la hayas tirado. Aparte de que de esta forma limpiamos la naturaleza de residuos contaminantes,  pensamos que hay que predicar dando ejemplo, es decir, a través de la recogida de basuras intentaremos concienciar a todos aquellos que no respetan la naturaleza mediante un acto sencillo y muy simbólico, pero no sólo eso, mediante este acto, fundamentalmente estamos enfocando la mirada hacia la clase política, mediante este acto le estamos diciendo a la clase política: ¡oye vais por el camino equivocado! ¡Oye, debéis realizar políticas verdes! ¡Oye, debéis invertir mucho más en campañas de concienciación medioambiental! ¡Oye, no podéis permitir que el barco se hunda! Le estamos preguntando ¿qué clase de sociedad estáis creando que no respeta nada, ni siquiera la razón de nuestra existencia? Es decir la naturaleza, el planeta tierra. En definitiva es un toque de atención a los políticos (a todos en general) para que vean que son ellos verdaderamente los principales responsables del cuidado de la naturaleza, si ellos no respetan ni están concienciados con el problema, ¿cómo vamos a pretender que la sociedad a la que gobiernan si respete?
Nosotros mediante este acto estamos dando un paso importante, estamos intentando guiar a ciudadanos y políticos por el camino del respeto, estamos intentando acabar con las actitudes de indiferencia hacia los problemas que padece el medio ambiente, estamos intentando acabar con la incultura o falta de valores, en definitiva estamos intentando CONCIENCIAR acerca de un grave problema.